Por Nuria Llopis Borrego |

El 16 de abril, los falleros y falleras de Na Jordana vivimos un momento que, sinceramente, jamás imaginábamos que llegaría. En una de esas juntas ordinarias que, para nosotros y nosotras, caen en la rutina habitual, tú, nuestro presidente, decidiste dejar el cargo después de 25 años de dedicación incansable a la comisión.

«Me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo. Gracias por la confianza, por el respeto y por permitirme vivir esta responsabilidad con tanta pasión.»

Así sonaron tus últimas palabras en el cargo, y con ellas, tu adiós, un adiós que no solo marca el fin de una etapa, sino el inicio de una nueva, que será, sin duda, un reto. Un reto para quienes, con la boca pequeña pero el corazón lleno de ilusión, dijimos sí a dar el primer paso en el relevo de una falla que lleva años marcando la diferencia. Y es que, aunque ilusionante, el peso de esa responsabilidad es grande. Pero eso lo sabes bien.
Este no es un adiós cualquiera. Es un adiós cargado de vivencias, de personas que han compartido contigo tanto tiempo y, sobre todo, de retos que has afrontado con valentía y determinación.

Decir «Pere Borrego» es decir Na Jordana. Es decir cultura, es decir teatro, es decir progreso, es decir falla, es decir compromiso, es decir tradición adaptada a los tiempos modernos. Y superar todo eso, querido tío, no es fácil.
Na Jordana es una de las comisiones más representativas y queridas de la ciudad, pero también una de las más innovadoras y comprometidas con la evolución de las Fallas, gracias a ti. Una falla que ha sido testigo de una de las transformaciones más significativas dentro del mundo fallero, desde su participación en el fuego y la pólvora hasta su adaptación a los tiempos modernos sin perder su esencia. Bajo tu presidencia, Na Jordana ha sido mucho más que una comisión. Has conseguido convertirla en un símbolo de la modernidad dentro de la fiesta, llevando la falla a nuevos horizontes.
En tu mandato, Na Jordana no solo ha destacado por sus monumentos, sino también por la integración de la cultura y el teatro en la fiesta. Uno de los mayores legados que dejas es Tirant de Lletra, un programa que fusionó la literatura, el teatro y las Fallas, y que dio lugar a una de las comisiones más activas culturalmente de la ciudad. En este sentido, tu visión fue pionera, apostando por un concepto que muchos veían como una locura: hacer de la falla un escaparate cultural, un lugar donde el arte y la tradición se dan la mano. Gracias a ti, Na Jordana no solo representa la tradición fallera, sino que también se ha convertido en un referente en cuanto a creatividad, arte y, por supuesto, modernidad.


Y por eso te escribo esta carta, para agradecerte no solo todo lo que has hecho por nuestra comisión, sino también todo lo que has aportado a nuestra fiesta. Y lo hago con la certeza de que no solo hablo en mi nombre, sino en el de cada uno de los miembros de tu comisión, y de todos los falleros y falleras de València. Porque tu trabajo incansable ha hecho de las Fallas de València una fiesta más completa, más rica. Has logrado hacer de Na Jordana una cita ineludible en el calendario, con eventos que ahora son un referente para la ciudad. Y cuando pocos creían que las Fallas necesitaban adaptarse a los nuevos tiempos, tú apostaste por la innovación, por marcar la diferencia, por posicionar a Na Jordana como una falla transgresora, moderna, atrevida.


Na Jordana, de tu mano, es una falla que destaca en muchos aspectos. Pero si hay algo que define tu legado es, sin lugar a dudas, el eje central de nuestra fiesta: la falla misma. Has sabido fusionar la tradición y la vanguardia, lo popular y lo cultural, logrando que la falla deje de ser solo un monumento de corcho para convertirse en un espacio vivo, dinámico y con múltiples facetas de expresión.
Por eso, asumir la responsabilidad de continuar tu legado a veces parece una tarea casi imposible. Pero hay algo que nos has dejado como herencia: el amor por la fiesta y el amor incondicional por Na Jordana. Y es esa herencia la que nos da calma. Porque sabemos que tu legado es nuestra guía, y es lo que nos permitirá seguir adelante, siempre mirando hacia el futuro de nuestra comisión. No podíamos haber tenido mejor referente para seguir escribiendo la historia de Na Jordana.


Gracias, siempre, presidente.
Gracias, siempre, tío Pere.