València ya conoce las fallas municipales de 2026 que, con un giro conceptual radical respecto a ediciones anteriores, apostará por devolver las «fallas icónicas» a la principal plaza. Un Charlot de 20 metros, el entrañable personaje de Charles Chaplin, será convertido en estandarte de la paz y la esperanza por las manos y talleres de Alejandro Santaeulalia y VIcente Llácer, con diseño de José Santaeulalia convirtiéndose, seguro, en una falla necesaria en tiempos de guerra.

El proyecto, titulado Hope, se aleja del estilo acumulativo de fallas pasadas como La Fauna Fallera, y propone en su lugar una obra centrada en un solo protagonista: la imagen de Charlot —extraída de la película Armas al Hombro—, será el eje central del monumento realizado por quienes realizaron la falla grande de 2025.

Falla municipal 2026

La falla del Ayuntamiento ha sido, durante años, escaparate de fallas que quedaron para el recuerdo: Com un espill (1987) de Manuel Martín López, Sento Llobell y Francis Montesinos; Lo tenemos todo debajo, pero… de Manuel Martín López y Ortifus (1988), En la terreta de l’art de Martínez Mollá (1991), Homenaje a la pintura de Joaquín Sorolla en 1995 firmada por José Pascual Ibáñez, Bandas de Alejandro Santaeulalia, Agustín Villanueva y Jorge Ballester en 2003, o La Fuerza de Manolo García en 2015…, entre otras, son algunas de esas propuestas que se convirtieron en icono. Y, ¿cómo sabemos que lo fueron? Pues porque basta con repasarlas para saber que hablamos de: la de la fachada del ayuntamiento, la de la excavadora, la del David, la del Sorolla, la de los instrumentos o la del león… para que el imaginario colectivo nos devuelva la imagen precisa de lo que se plantó.

Hope se va a convertir en una de ellas, los artistas lo tienen claro y nosotros también. Pero además Hope es necesaria porque lanza un mensaje rotundo contra la guerra ahora más necesario que nunca. El mundo entero sabrá qué lanzamos al fuego, porque el mundo entero reconoce esa imagen. Y, aprovechando la fuerza emocional de un icono reconocible en todo el mundo, la falla alcanzará los 27 metros si se incluye la base y destacará por su limpieza visual y su intencionalidad comunicativa: se presentará en blanco y negro en la parte inferior e irá tomando color en la parte superior, donde la paz florecerá en forma de mariposas y flores, liberadas por dos grandes manos que emergen desde la trasera, donde una niña absorta en su lectura simbolizará la cultura del entendimiento.

La falla contará con quince ninots distribuidos en cinco escenas —se distancia de las estructuras más recargadas de otros años— y reforzará su apuesta por el uso de materiales sostenibles como la madera, el cartón y derivados del poliestireno vegetal (Neops).