Excelente estudiante, deportista y hasta artista. Una mujer completa.
“Tengo que estar entregada en alma y cuerpo a las fallas, para vivir la experiencia más hermosa que puede tener una mujer valenciana, ser Fallera Mayor. Eso lo vale todo”
Elena Muñoz Carpi es, desde el pasado mes de diciembre, la Fallera Mayor de Valencia. Una esbelta y fotogénica joven de veintiún años, estudiante de cuarto de Odontología, que desde muy pequeña se ha criado en un ambiente fallero. Ella misma, desde que tenía tres años, ha participado activamente en las fiestas falleras. El año pasado fue Fallera Mayor de la falla Ribera – Convento Santa Clara, la de Telefónica.
Su sonrisa amplia, limpia, desde el primer día ha cautivado a los valencianos. Su inmensa humanidad y amabilidad ha trascendido más allá del mundo fallero. Elena Muñoz es una fallera con carisma.
Elena, además de una excelente estudiante, desde que empezó hasta la fecha no ha suspendido una sola asignatura, estando su expediente académico jalonado de matriculas y muy buenas notas. Es una extraordinaria deportista, campeona de salto de vallas, y una mujer con una gran sensibilidad artística muy destacada. Pinta cuadros, paisaje es lo suyo, pertenece a un grupo de play-back de su falla, toca el piano y aún tiene tiempo para dar clases de bailes regionales. Una mujer completa.
- No, no soy ni empollona ni fuera de lo norma. Soy una más, la clave es aprovechar el tiempo. Si te organizas puedes hacer muchas cosas, hasta ir de discoteca, ¿por qué no? ; pero cuando te apetece, no porque van todos un determinado día. Hay tantas posibilidades al final del día y de un fin de semana que no se debe reducir a una sola opción.
Pero todo esto, con el cargo de Fallera Mayor…… se habrá quedado paralizado.
- Por supuesto. Tengo que estar entregada en alma y cuerpo a las fallas. Es una responsabilidad que gustosa y libremente busqué y acepté, y que ahora llevo con una inmensa alegría. Además, la carrera ya está encauzada, y si tuviera que repetir alguna asignatura no me importaría , pero habré vivido la experiencia más hermosa que puede tener una mujer valenciana, ser Fallera Mayor. Eso lo vale todo.
Por ahora, ¿qué es lo que más te ha gustado?
- Por ahora, la Exaltación. Su solemnidad, el ambiente, el ver el Palau engalanado, precioso; la música, los bailarines y el cariño de los valencianos. Nunca podré olvidar esa noche.
(Elena, es la noche de su Exaltación, lució un bellísimo traje de valenciana, en color verde, de Garín, confeccionado por Enrique Marzal)
Es una curiosidad y entra en la liturgia festiva. ¿Cuántos trajes vas a lucir en estas fiestas?
- Los necesarios para el cargo. Además del de la Exaltación estrené otro para la Crida, el de color naranja, que la familia Garín ha bautizado con el nombre de “Elena”. En total, seis nuevos trajes , con telas del siglo XIX; cuatro de los telares de Garín y dos de Camilo Miralles, que han confeccionado Enrique Marzal, cuatro y Llanos Gracia, dos. También, por supuesto, llevaré los cuatro del año anterior, a los que tengo mucho cariño. En total, unos diez trajes.
¿Tu libro preferido?
- El Principito, un libro que se cree para pequeños, pero que considero de gran utilidad para los mayores. Tengo especial predilección por la literatura hispanoamericana.
Elena es la hija mayor del matrimonio formado por Antonio y Concha; sólo tiene un hermano, Carlos, de diecisiete años, que el día de la Exaltación de su hermana como Fallera Mayor de Valencia tuvo el honor, vestido con un traje de valenciano del siglo XVIII, de llevar los atributos del cargo. Su abuela, Concha Bayona, desde hace muchos años escribe los llibrets de la Falla Teléfonica.
¿Te gusta viajar?
- Muchísimo. Cuando participaba en las pruebas de atletismo viajaba mucho y el tiempo que quedaba entre competición y entrenamientos lo dedicaba a conocer las ciudades. Prácticamente he recorrido todos los países de Europa.
¿Un lugar preferido?
- Sin lugar a dudas, Grecia y el Mediterráneo en general. Me identifico mucho con toda la cultura mediterránea.
Y de Valencia, una calle, una plaza….
- Toda la ciudad tiene su encanto; muchos barrios, pese al desarrollo urbanístico, aún conservan su sabor y su tipismo; el Carmen, Ruzafa, el Cabañal……. y eso me atrae mucho. También nuestros monumentos, pero especialmente el Miguelete, el Palacio del Marqués de Dos Aguas, la Torre de Santa Catalina, la calle de Caballeros, la Paz, los Jardines de Monforte. Valencia es preciosa, la pena está en que a veces no la valoramos y en que no la conocemos suficientemente.
Elena, y cambiando de tema, ¿qué dice el novio de toda esta “movida” fallera?
- Sencillamente, nada; porque no tengo novio. Desde hace mucho tiempo tengo un buen amigo, Ismael, pero que es para mí como un hermano, como mi confesor. Sólo eso, que ya es mucho, y nada más. Aún queda mucho tiempo para pensar en el matrimonio. Ahora, como tú nos decías, cuando nos preparabas para la Exaltación: “me he casado con Valencia”
(Así es Elena, alegre, risueña, introvertida y comunicativa, espontánea y ponderada, sencilla y superhumana. Sus múltiples detalles, que tiene con todas cuantas personas le rodean, han sido observados y valorados muy positivamente.)
¿Qué es lo que más te gusta de las fallas?
- Además de los actos más emotivos, como la Ofrenda, la Crida, la Exaltación, me impresiona y me fascina el aspecto que ofrece Valencia, tomada materialmente por las bandas de música, el ambiente de las calles oliendo a pólvora, el color de los monumentos plantados en tantas y tantas encrucijadas. Es apasionante, es único.
¿Qué les dirías a los valencianos, a los falleros?
- A mis conciudadanos, que se lancen a la calle a vivir la fiesta; a mis queridos falleros y falleras, agradecerles el esfuerzo que hacen durante todo el año para organizar las fiestas falleras. Son formidables, únicos.
¿Y a nuestros visitantes?
- Invitarles a vivir plenamente las fiestas, que intenten meterse en la propia fiesta, porque el valenciano es hospitalario y precisamente organiza toda la fiesta para que los demás se diviertan.
Un deseo
- Que en la noche de la Cremá, cuando estén observando cómo arde una falla, cualquiera, no importa, ojalá esa llama, ese fuego, prenda en su corazón y sea la llama de un profundo y duradero cariño hacia Valencia.
(Hermoso deseo, como hermosa es la mirada de Elena, el balcón por donde se asoma su inmenso corazón que desborda amor, ternura, sensibilidad y entrega.)